Universidad de Valladolid. Biblioteca Histórica

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Category Archives: Marcas de Impresores

De cegueras y palabras que iluminan

20 jueves Feb 2025

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Ceguera, Ciegos, Escritores ciegos, Inteligencia Artificial

La ceguera ha sido utilizada de forma metafórica a lo largo de la historia para representar castigos divinos (como el caso de Sansón), falta de cualidades o perspectiva, pero también otras formas de visión. Podemos encontrarla en el mismo mito de la caverna de Platón (donde simboliza ignorancia y oscuridad) y en Edipo Rey, cuando el protagonista se arranca los ojos como autocastigo al descubrir que ha matado a su propio padre. En simbología religiosa también se ha usado como rasgo de humildad, es el caso de Santa Lucía, que aún cuando le extrajeron los ojos, no perdió la visión. Saramago la utilizó en su ensayo como metáfora del colapso social y, dentro de la literatura picaresca, uno de los amos del Lazarillo de Tormes es ciego.

Texto de Sófocles. Edipo tirano. En Madrid: en la imprenta de Sancha, 1793

En la propia Fachada de la Universidad de Valladolid, representativa del Barroco civil castellano, encontramos a la Sabiduría materializada en la escultura de una mujer que sostiene un libro en la mano mientras pisa a un niño que tiene los ojos vendados como símbolo de la ignorancia pueril.

Representación de la Sabiduría en la Fachada de la Universidad de Valladolid

También se ha utilizado la ceguera como metáfora de ecuanimidad, es el caso de la Justicia, que en el siglo XV comenzó a representarse con una venda en los ojos como imagen de la imparcialidad.

Marca de impresor de Guillaume Evrard en la que la Justicia, con ojos vendados, besa a la Paz

Se considera que Homero fue un poeta ciego y ha sido representado en muchas ocasiones acompañado de un lazarillo y portando una lira, pero no se sabe a ciencia cierta si era así (ni siquiera si existió). Esa ceguera física, real o no, sería un acicate para entrenar la memoria y es toda una paradoja que contrasta con la visión interna y la capacidad visionaria.

Tiresias, el adivino griego más conocido, también eran ciego. Perdió la vista pero adquirió una visión avanzada, el poder de la adivinación. La cultura griega y su uso de las metáforas constituye un esfuerzo por ir siempre más allá de lo visible.

Cuenta la leyenda que Demócrito, el filósofo griego contemporáneo de Sócrates, se arrancó los ojos para poder meditar mejor, para no ser perturbado por la visión.

Gorter, J. de. (1780). Cirugia expurgada. En Madrid: en la imprenta de Pedro Marin, 1780

Son muchos los escritores ciegos que han demostrado que la literatura es una forma de ver el mundo sin necesidad de ojos.

James Joyce padeció una disminución de la visión, debido a que que sufría síndrome de Reiter, aunque algunos estudios recientes señalan que la causa de su ceguera podría haber sido la sífilis que padeció.

Luis de Camões, autor del poema épico Os Lusíadas, que narra las hazañas de los navegantes portugueses, perdió un ojo tras incorporarse al ejército y luchar en Ceuta. Son curiosos los grabados que le representan con un ojo cerrado, indicando que había perdido la visión del mismo.

Camões, L. de. Lusiadas. En Madrid: por Iuan Sanchez, 1639. Sign: U/Bc 07777

John Milton, autor de El paraíso perdido, quedó completamente ciego antes de escribir su obra maestra, que tuvo que dictar a sus asistentes.

Otro caso notable es el de Helen Keller, la primera persona sordociega que consiguió licenciarse en la Universidad (en Harvard), y que ejerció de activista y escritora. En sus ensayos y autobiografía destacó el poder del lenguaje y la educación en la vida de las personas con discapacidades.

Probablemente es Borges el escritor ciego más conocido. En su discurso sobre “La ceguera” se refirió a la suya como una ceguera modesta porque era total de un ojo y parcial del otro, lo que le permitía vislumbrar algún color. Describió la ceguera como una forma de introspección: «La ceguera no ha sido para mí una desdicha total, no se la debe ver de un modo patético. Debe verse como un modo de vida: es uno de los estilos de vida de los hombres». En el poema de los dones dice:

De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán.

Parece que el personaje de Jorge de Burgos, antiguo bibliotecario de la abadía en «El nombre de la Rosa» de Umberto Eco, sería un homenaje a Borges. Nos da la pista su ceguera pero también su hispanidad, que fue elegida por ser España la cuna de los «Beatos». El personaje cita repetidas veces el Apocalipsis, y fue el encargado de llevar a la abadía varias reproducciones del Beato desde España.

En el propio «Beato de Valcavado» aparece una miniatura intercalada en el texto de un cuervo devorando el ojo a un ahogado. Se trataría del primer explorador que envió Noé antes de la paloma.

Beato de Liébana. Comentarios al Apocalipsis, con varios prólogos e interpolaciones y seguido de la explicación del libro del profeta Daniel por san Jerónimo. Con miniaturas de Oveco. S.X (970)

Dice Derrida en “Memorias de ciego” que el ciego puede ser un vidente, que tiene en ocasiones vocación de visionario. En esta obra, que en principio iba a ser el catálogo de la exposición “Memorias de ciego. Del autorretrato y otras ruinas” que él mismo comisarió para el Louvre, se pregunta si la ceguera es una posibilidad para otro tipo de visión, para aquello que los videntes no pueden ver, para lo que estarían también ciegos.

Descartes, R. L’ homme  de René Descartes, et la formation du foetus. A Paris : Par la Compagnie des Libraires, 1729


Para Platón la “doxa”, que podemos asimilar a una forma de ceguera, suponía un conocimiento engañoso forjado a través de los sentidos, una repetición automática de viejas opiniones. Parménides también utilizó este concepto para distinguir la vía de la verdad de la de esta doxa u opinión personal. Parménides no puede estar más de actualidad en su tesis, pues la época de las fake news se presta a muchos debates en los que se opina sobre temas y conceptos de los que se tiene un falso, superficial o adulterado conocimiento. Las redes sociales son caldo de cultivo para la opinión rápida, el discurso básico sin profundidad, el blanco y negro sin matices y proponen en ocasiones simplicidades peligrosas, porque la realidad acostumbra a ser compleja, caleidoscópica y subjetiva. Las explicaciones simplistas encajan en la inmediatez de los discursos del marketing pero no en las mentes críticas.

Cuántas veces como bibliotecarias no hemos dado con algún usuario que, cegado (metafóricamente hablando) pide una obra muy concreta pero, tras indagar por qué y para qué la quiere, le reconducimos y ofrecemos una alternativa que se ajusta más a sus necesidades. Sería esta una ceguera fácilmente remediable si encontramos un profesional especializado y si este, a su vez, sabe hacer las preguntas adecuadas.

La cantidad de información a la que nos exponemos diariamente resulta abrumadora, puede causar ceguera y, sumada al potencial de la Inteligencia Artificial, que es capaz de realizar búsquedas en inmensos océanos de datos parametrizados, obliga a que el elemento humano ponga orden y filtre, primero en su cabeza y, en el caso de la IA, con el prompt de solicitud, hasta delimitar qué es exactamente lo que necesita. En este punto resulta crucial el factor humano de reflexión y filtro, los chatbots de Inteligencia Artificial que utilizamos actualmente responden en ocasiones con información no pertinente que, para aceptar o descartar, hay que conocer. La Inteligencia Artificial juega el papel de una buena bibliotecaria si le hacemos las preguntas (prompts) adecuadas, tenemos claras cuáles son nuestras necesidades, y una mínima noción de lo que estamos preguntando. Es una tecnología poderosa en su capacidad de procesamiento, pero se encuentra «ciega» en muchos aspectos fundamentales de la experiencia humana.

Grabado en: Descartes, R. L’ homme  de René Descartes, et la formation du foetus.
A Paris: Par la Compagnie des Libraires, 1729

Descartes utilizó la analogía del ciego para explicar cómo percibimos el espacio. En sus obras encontramos grabados de un hombre que se guía mediante un bastón que le ayuda a identificar la ubicación de los objetos y puede reconocer con sus manos las contornos y tamaños de las cosas. Con la Inteligencia Artificial vamos a tientas también, probando y comprobando con nuestra limitada visión, qué partido le podemos sacar, de qué tareas tediosas nos liberará y cómo transformará nuestro mundo. Supone todo un desafío filosófico y social si queremos evitar convertirnos en ciegos guiando a ciegos.

La parábola de los ciegos de Pieter Brueghel el Viejo, 1568 (Expuesto en Museo di Capodimonte de Nápoles, Italia)

Como decíamos ayer, el comienzo siempre es hoy

27 viernes Sep 2024

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Círculo, Curso académico, Inicio, Tiempo, Uróboros

“El comienzo siempre es hoy” es una frase atribuida a Mary Wollstonecraft, madre de Mary W. Shelley, la creadora de Frankenstein. Con esta filosofía iniciamos el curso 2024-2025 que se inauguró el pasado viernes 20 de septiembre. Iniciamos o continuamos el ciclo…

La propia ciclicidad de la naturaleza hizo que las primeras civilizaciones tuvieran un modelo circular de medición del tiempo. En los filósofos presocráticos encontramos planteamientos flexibles del concepto «tiempo», como un flujo constante en Heráclito, “algo eterno y estático” en Parménides, o indisociable del movimiento en Aristóteles.

El concepto lineal en Occidente se atribuye al relato del Antiguo Testamento, que marca un momento de creación del Universo y da a entender que tendrá un final revelado.

Grabado del primer día de la Creación del «Liber chronicarum», [1493] (U/Bc IyR 014)

Es Newton, en su Principia Mathematica (obra que marca los fundamentos de la física y astronomía actuales), quien determina que el tiempo absoluto existe independientemente de que alguien pueda percibirlo o no, y progresa a un ritmo constante en todo el Universo.

Portada de «Philosophiae naturalis principia mathematica»,
1739 de Isaac Newton (U/Bc 03473)

En los emblemas, imágenes provistas de leyendas muy usadas entre los siglos XV y XVIII para revelar enseñanzas morales, también se representa esa linealidad, por ejemplo en el emblema XXVIII de Saavedra Fajardo. Este “Symbolum XXVIII” reza: «Consta esta virtud de la prudencia de muchas partes, las cuales se reducen a tres: memoria de lo pasado, inteligencia de lo presente y providencia de lo futuro. Todos estos tiempos significa esta empresa en la serpiente, símbolo de la prudencia, revuelta al cetro sobre el reloj de arena, que es el tiempo presente que corre, mirándose en los dos espejos del tiempo pasado y del futuro, y por mote aquel verso de Homero, traducido de Virgilio […]”

Saavedra muestra así que la prudencia debe asistir siempre las decisiones de gobierno, teniendo en cuenta tanto el pasado como el futuro, representados con esos dos espejos.

Grabado de «Idea principis christiano-politici centum symbolis expressa», 1649. (U/Bc BU 09467)

El tiempo (Cronos) también suele ser representado con un reloj de arena en una mano y una hoz en la otra, como en esta marca del impresor Petri Arnaud y su reconfortante leyenda “Semina fortunae geminat cum tempore virtus”: Con el tiempo, la virtud duplica las semillas de la fortuna. Se puede ver a Fortuna dejando caer semillas ante el Tiempo, que arrastra un arado dirigido por Minerva.

Marca de impresor de Pedro Arnaud en «D.D. Cypriani de Maroja, … Opera omnia medica», 1688 (U/Bc BU 01792)

Los relojes analógicos que aún utilizamos suelen tener forma circular, ya que esa es la manera más eficiente de medir el tiempo, pues la medición es siempre precisa cualquiera que sea la posición de las manecillas.



Grabado de «Libro de reloges solares», 1575 (U/Bc BU 09714)

La figura circular es la representación gráfica de la propia ciclicidad de la vida, de lo eterno y su constante regeneración, de que todo inicio no deja de ser una continuación.

Algo así representa el uróboros, esa serpiente o dragón que forma un círculo para engullir su propia cola como metáfora de la naturaleza cíclica de las cosas, de lo que nunca desaparece, sino que renace o cambia para siempre. Destrucción y renacimiento en un ciclo que se retroalimenta, como la misma vida.

Grabado de «Chronographia o Reportorio de tiempos», 1584 (U/Bc BU 05755)
Grabado de «Cronología y reportorio [sic] de la razon de los tiempos», 1594 (U/Bc BU 08015)

La tecnología del libro, especialmente en libros antiguos, es una máquina del tiempo (en este caso cuadrada o rectangular) que rompe las barreras espacio-temporales y nos ofrece conocimientos de autores de otras épocas y lugares.

Más de cuatro siglos contemplan este ejemplar de encuadernación renacentista (U/Bc BU 02340)

Comencemos este curso o, más bien, reiniciémoslo sumando, a toda la sabiduría de los anteriores, la que nos ofrecen los libros para que, si tropezamos con las mismas piedras (cosa de nuestra naturaleza) en vez de caer, lleguemos más lejos.

Melusina en la marca de Impresor Fradin

27 lunes May 2024

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Constantine Fradin, François Fradin, Lyon, Marcas de impresor, Melusina, Pierre Fradin, Siglo XVI

Una de las características del fondo de nuestra Biblioteca es la adecuación académico-científica de sus ejemplares a su condición como Biblioteca Universitaria a lo largo de los siglos y, en consecuencia, la exigua cantidad en ella de textos literarios.

Si bien disponemos de algunas obras que hoy consideramos clásicos de las literaturas en lengua castellana, inglesa, francesa o portuguesa, estas se han ido incorporando más bien a partir del Siglo XIX (desamortizaciones), donaciones posteriores o en compras realizadas varios siglos después de haber sido impresas. Originales y contemporáneos, predominan aquellos textos y colecciones que se han investido con la categoría de textos clásicos o por la condición de auctoritas de aquellos que los han escrito; y que, por tanto, se han considerado adecuados para el estudio escolar.

Por eso no debería sorprender que, contando con un rico fondo manuscrito y de los dos primeros siglos de la imprenta, en nuestro fondo no exista ni novela artúrica, ni bizantina, ni de caballerías, ni teatro, ni lírica, ni piezas de diversión o entretenimiento. Y por eso, si venimos a encontrar una Melusina, esta sea en marcas de impresor o en detalles decorativos.

Portada U/Bc BU 01566
Portada U/Bc BU 00017

Melusina es un hada con cola de serpiente, o sirena, y algunas veces alas. El arquetipo es propio del folclore céltico, en el que se desarrollan numerosas variantes sobre el encuentro y, a veces amor, de un mortal (normalmente hombre) y una inmortal (normalmente mujer), que termina en la consecución de un tesoro o un objeto mítico, o en casamiento con grandes ganancias y mejora del territorio (el pacto del rey, el príncipe o el señor con la tierra). Pero siempre después que el mortal pase una o varias pruebas, resuelva un acertijo o realice una promesa. Acuerdo o promesa a la que tiene que someterse y que no puede romperse sin que se pierdan los tesoros, itens mágicos o desaparezca todo lo construido.

Marcas de impresor de François y Constantin Fradin en la Biblioteca de Santa Cruz:

U/Bc BU 00017
U/Bc BU 01566

Jean d’Arrás la consagró como figura literaria en su Livre de Mélusine o Noble Histoire de Luzignan, escrito a instancias del Duque de Berry para justificación de su linaje, entre 1387 y 1392. En él mezcló elementos del folclore de Francia, Bretaña, del mundo céltico, romano y de las islas Británicas. La leyenda del hada que se convierte en mujer por amor, que ayuda, aconseja y hace florecer las tierras de Lusignan, poblamientos y castillos, tiene hijos y después se ve condenada a vivir como serpiente o dragón al ser roto el pacto o promesa por su esposo, alcanzó gran difusión. Circuló manuscrita en su época, y fue rápidamente impresa (en España gracias a Juan Paris y Clebat : Tolosa, 1489).

Obra de innegable interés en sus descripciones es, además, precedente del realismo en las narrativas caballerescas epigonales (Tirant lo Blanch, El Victorial) de las que terminará bebiendo el Quijote. Como muchos de los libros medievales, es también un libro sapiencial y un manual de comportamiento para la vida cortesana.

Detalle superior de la portada U/Bc BU 01566

Unida al folclore y a la casa Lusignan, aparece vinculada a las divinidades antiguas y a las figuras femeninas de la tradición mitológica, religiosa y literaria. Detrás de Melusine se alza la sombra de Morgana, de la dama del Lago, de las princesas encantadas o ninfas en las fuentes y ríos, de las mouras y el otro mundo de los Sidhes de los países célticos, de las reinas guerreras y Brunildas del folclore nórdico, también de Lilith, de Artemisa, de la mujer fatal, peligrosa, demoníaca, del súcubo.

Melusina, como arquetipo feérico perdurable, ha despertado gran fascinación. Hada, mujer y serpiente, tres veces maldita para la iglesia y en el folclore tres veces celebrada por su sabiduría, poderes mágicos y atractivo sexual. El momento en que Melusina, en su baño del sábado, es espiada por su marido, rompiendo la promesa, ha inspirado multitud de obras de arte (esculturas, canciones, músicas y poemas). Siendo representada sobre todo en su forma híbrida: mitad mujer y mitad serpiente.

Detalle Inferior de la portada U/Bc BU 01566

Según Lydia Zeldenrust, los xilograbados de la edición princeps de Bernhard Richel (Basel, 1473 ó 1474 ) influyeron en las primeras ediciones francesas, castellanas, holandesas e inglesas. Los grabados de las xilografías de Richel, tuvieron gran influencia en la fijación del mito y repercusión en la construcción de la figura y forma iconográfica.

Esta relación se hace presente si comparamos alguna de las imágenes (a) de la edición francesa de Lyon Guillaume le Roy, 1487; (b) la de Parix y Clebat (Tolosa, 1489) y una de las marcas de impresión de (c) François Fradin (1511) existente en el repertorio de marcas de impresor de la Univ. de Barcelona.

(a)
(b)
(c)

Incluso podríamos apuntar que la marca presente en la mejilla del caballero, podría ser la representación de Geoffré, sexto hijo de Mélusine, quien será el desencadenante final de la rotura entre los esposos, el fratricida, aventurero y más belicoso pero también el que protagoniza buena parte de la obra y peripecias caballerescas, que tenía un colmillo de gran tamaño como de jabalí (todos los hijos de Melusine, tenían una característica, pequeña deformidad o rasgo animalizante que denotaba su origen). Y así se le representa en los grabados de la edición Tolosana de Parix. La misma tesis de Melusina y Geoffre Grandent ser las 2 figuras representadas en la marca ya la había propuesto François Eygun, apuntando el origen familiar y vinculación de François Fradin, natural de Poitou con su región y folclore.

Geoffroy incendiant Maillezais (BNF ms fr 24383, fol 24v Roman de Melusine-Coudrette)
Detalle de una de las xilogravuras de la ed de Tolosa (1489)
Detalle de una de las Marcas de impresor de François Fradin

No resulta extraña esta vinculación de Melusina en una marca de impresor, si vemos que solo en Lyon, entre 1479 y 1493, contamos con 4 ediciones incunables de la obra de Arrás. Y Joshua Blaylock nos indica que todavía era una marca presente, ya más renacentista, del impresor de Pierre Fradin, en uso, por lo menos desde 1560.

Tomada de Blaylock, p. 75.
Marcas de Impresor Univ. de Barcelona «Commentarii in tres de poenitentia» de 1569

Referencias:

  • Alvar, Carlos, Prólogo a Melusina o la noble historia de Lusignan de Jean D’Arras, Madrid, Siruela, 1983 p. IX-XVI.
  • Blaylock, Joshua M. , The vanishing Lady : Mélusine, Emblems, and Jacques Yver’s Le Printemps d’Yver (1572), in Quidditas 41 (2020), p. 69-95.
  • Bruckner, Matilda Tomaryn : «Natural and Unnatural Woman: Melusine Inside and Out» en: Doggett LE, O’Sullivan DE, eds. Founding Feminisms in Medieval Studies: Essays in Honor of E. Jane Burns, Gallica. Boydell & Brewer; 2016. p. 21-32.
  • Cirlot, Juan E.: Diccionario de Símbolos, Madrid: Siruela, 2002.
  • Eygun, François : «Ce qu’on peut savoir de Mélusine et de son iconographie», Bulletin de la Société des antiquaires de l’Ouest et des musées de Poitiers, 4e série,‎ juillet 1949, p. 57-95 (en concreto p. 88-89).
  • Harf-Lancner, Laurence, Les fées au Moyen Age: Morgane et Mélusine, Ginebra: Slatkine, 1984.
  • MacKillop, James, «Fairy Lover, mistress» en Dictionary of Celtic Mythology, Oxford, New York : Oxford Univ. Press, 1998, p.179-180.
  • Zeldenrust, Lydia, «Serpent or half-serpent? Bernad Richel’s Melusine and the Making of a Western European Icon» en Neophilologus 100 (2016) p. 19-41.

Emblemas: ad signun pellicani

19 viernes Abr 2024

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Behen, Emblemas, Eucaristía, Marcas de impresor, Marnef, Pelícanos

El ejemplar U/Bc IyR 0325; fue impreso en la oficina tipográfica de Franz Behen, en Maguncia, en 1549. Contiene la obra Commentaria Ioannis Cochlaei de actis et scriptis Martini Lutheri Saxonis, chronographice ex ordine ab anno Domini M.L.XVII. usq[ue] ad annum M.D.XLVI. inclusive fideliter conscripta: adiunctis duobus indicibus, & Edicto Wormaciensi; escrita por Johannes Cochlaeus (1479-1552), humanista y famoso polemista contra Lutero, sus escritos y pensamiento político-religioso.

Después del colofón presenta un ave y sus polluelos, con un lema en centro superior y filacteria «SIC» -«HIS QVI DILIGVNT» (Así – A los que se quiere):

Y bajo el grabado un texto explicativo en latín:

Exemplum ueri Pelicanum cernis amoris / Qui reficit pullos ipfe cruore fuos./ Sic amor est Christi, qui nobis sanguine fufo/ Restittuit uitam, ac in cruce regna dedit. (Verdadero ejemplo de amor el Pelícano que restaura a las crías con su sangre. Tal es el amor de Cristo que con su sangre restituye la vida y nos entregó su reino en la cruz).

El pelícano es uno de los símbolos de Cristo, de su martirio y muerte como salvación y, por antonomasia, del sacrificio y del amor a otros. En el catolicismo se asocia a la eucaristía: a la inmolación de Jesús que con su propia carne y sangre alimenta y redime a la humanidad.

Este paralelismo explica la interesante iconografía consagrada a esta ave: en los bestiarios, emblemas, en los sermones y en el arte; en marcas de impresor, en las encuadernaciones, breviarios, maderas talladas, esculturas, mosaicos, ornamentos, sagrarios y tabernáculos.

El símbolo se origina, probablemente, a causa de una descripción errónea, o por una mala traducción de las fuentes originales o de una mala interpretación de textos antiguos, transmitida y sobre estos elaboradas, a respecto de un ave exótica y lejana, de la que la tradición transmitía que se lastimaba a sí misma, abriéndose el pecho para alimentar, con su sangre, a los pequeños pelícanos hambrientos. Así, el pelícano, abriéndose el pecho para que mane la sangre sobre sus polluelos (normalmente 3), quedó transformado en símbolo del altruismo y en alegoría de Cristo.

La leyenda cristiana del pelícano fue popularizada a través de las versiones del Physiologus, el primero de los bestiarios cristianos y uno de los libros más difundidos y traducidos en la Edad Media. El Physiologus contiene un conjunto de descripciones de diversos animales, criaturas fantásticas, plantas y rocas, la mayoría con frases y sentencias moralizantes. De cada animal se muestra su descripción y se narran varias anécdotas, con el propósito de ilustrar ideas religiosas cristianas, dogmáticas y apologéticas, de sentido alegórico. No es un tratado de historia natural (a pesar de su influencia y autoridad en este campo durante siglos) pues no distingue criaturas fabulosas de especímenes reales; su propósito es más el utilizar elementos del mundo natural, para ofrecer esquemas simbólicos, interpretaciones metafísicas, moralizantes, significados místicos y trascendentes.

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Obras impresas por Enguilbert Marnef, a principios del siglo XVI, con marcas de impresor compuestas en las que figura el Pelícano e indicaciones de la librería: «Venundantur Parrhifiis sub pelícano : In vico Sancti Iabobi» y «Venundantur in vico divi Jacobi ad signun pellicani» (Se venden en París, en el callejón de Santiago, bajo el signo del pelícano).

Marca de impresor de Hyeronimus Marnef, continuador de la dinastía (1566) U/Bc BU 10932

Según su relato la historia idealizada del pelícano se remonta al salmo 102, en el que David canta “Y he venido a ser como pelícano del desierto”. El Physiologus describe que los polluelos de esta ave, que reclamaban con mucha violencia la comida a sus padres, recibían la muerte con un brusco picotazo. Después de tres días, llenos de remordimientos, los padres indignos se desgarraban el pecho para regar con su sangre a los pequeños cuerpos inertes y, de esta manera, devolverlos a la vida. Esta leyenda se completa con Isaías 1,2 “Yo he criado hijos y los he engrandecido, /y ellos se han rebelado contra mí”. Que se asocia con la rebelión de los hombres contra el Dios padre y con la redención por la Cruz.

Eusebio, San Agustín y Santo Tomás, van completando la alegoría y el sacrificio del pelícano pasa a representar el sacrificio de Jesucristo. Lo que va transformando el símbolo del pelícano de emblema moral a un símbolo de la resurrección.

A causa de la interpretación de los Padres de la Iglesia, se asoció al pelícano con el ave fénix que resucita de sus cenizas, lo que llevó a identificarlas y confundirlas, afectando a la representación plástica de una y otra y al tratamiento de ambas como seres fabulosos o imaginarios. De esta manera, la representación tradicional europea del ave dista de la realidad, tal como en el grabado, hasta prácticamente el siglo XIX parece más una mezcla de cisne y ave fénix (con las que comparte simbolismos de muerte y resurrección).

U/BC BU 11055 Jonstonus, Joannes : Historiae naturalis de avibus libri VI . cum aeneis figuris. Amstelodami: apud Ioannem Iacobi Fil. Schipper, 1657

No deja de ser interesante en el contexto de la polémica contra Lutero y la reforma, que figure como colofón o marca de impresor un símbolo eucarístico. Uno de los debates abierto por el protestantismo, fue la revisión de la creencia de atribuir a la hostia (el pan sagrado) y al vino el significado de ser la verdadera carne y sangre de Jesús. Negando este sentido milagroso al ritual, proponiendo la eucaristía simplemente como elemento simbólico de la participación en comunidad y aceptando en todo caso la consubstanciación en vez de la transubstanciación.

Como reacción la Iglesia Católica acentuó la importancia de la eucaristía y de la festividad del Corpus Christi (en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo). Lo que era una tradición se convirtió en dogma y en uno de los pilares propagandísticos del catolicismo. El ritual de la consagración en el altar del cuerpo en pan y la sangre en vino pasó a ser un elemento central del ritual, con exhibición en el momento de la consagración para que fuera oído y visto por todos. Además la custodia, donde se colocaba la hostia después de ser consagrada, se convirtió en un elemento de especial veneración. Los sagrarios y custodias pasaron a ser elementos centrales en los templos y elementos protagonistas de la mayor riqueza artística. El motivo del pelícano aparecerá, a lo largo del tiempo, en numerosas imágenes, pinturas, esculturas y vitrales, en grabados y recordatorios asociados a la eucaristía y a la comunión.


NOTAS

  • Cirlot, Juan Eduardo, Diccionario de símbolos, Madrid: Siruela, 2002.
  • Bestiario Medieval (edición a cargo de Ignacio Malaxeverría), Madrid, Siruela, 1989.
  • Enciclopedia católica online.

Post tenebras spero lucem

16 martes Ene 2024

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Cuesta, Emblemas, Ghemart, Halcón, humanismo, Madrigal, Post tenebras

Grabados del ejemplar BU 11055 «Historiae naturalis de avibus libri VI«

El halcón, símbolo solar y de elevación espiritual, es el protagonista de la marca (lo que hoy llamaríamos logo) de muchos impresores. La caperuza o capucha con que se utiliza para domesticarlos representa la esperanza de la luz para el que vive en tinieblas. El diccionario de los símbolos de Chevalier & Gheerbrant, dice que este animal es «la imagen de los prisioneros, del fervor espiritual obstruido, de la ocultación de la verdad».

En varias marcas de impresor aparece acompañada con la divisa: «Post tenebras spero lucem» (Espero la luz después de la oscuridad), tomada de algunas de las versiones latinas de Libro de Job:

Biblia sacra qui in hac editione a theologis Lovaniensibus praestitum sit, eorum praefatio indicat .- Antuerpiae : Ex officina Christophori Plantini, 1583 (U/Bc 00877-879)

En otras versiones (y de ellas las traducciones en lenguas modernas) el versículo se interpreta de un modo más prosaico: «Noctem verterunt in diem; et rursum post tenebras properat lux» (Job 17:12). Detalle de no poca importancia, si tenemos en cuenta la difusión del versículo asociado a la propaganda religiosa. No debemos olvidar que – en buena medida – el origen de la Reforma se abre con los debates filológicos de los humanistas, cuya figura más conocida es Erasmo; y con la problemática de la divulgación de los textos más correctos – que entraban en contradicción con la tradición y la doctrina – en las ediciones de la Biblia a gran escala pensadas para la imprenta.

Del libro de Job a la marca del impresor cervantino Juan de la Cuesta, pasando por Ginebra, el motto es humanístico, hermético y lema de la reforma en su vertiente calvinista. Se trata de uno de los grandes emblemas del saber humanístico, de la mundaneidad curiosa y de la inteligencia esotérica. Junto con el Fénix de alas abiertas al sol, renaciente, que resurge, y simboliza la resurrección, la vida nueva, el renacimiento, la aurora del nuevo día. Hay pocos emblemas y alegorías que tan bien signifiquen la esperanza, el anhelo de una mudanza a mejor, el final de una época de tribulaciones, persecuciones, injusticias o contrición. La esperanza de luz que consuela a quien anda en tinieblas.

Juan de la Cuesta, que ya había estado asentado en Valladolid en 1567, utilizó esta marca, entre otras, para la edición de las dos partes del Quijote. Y fue así porque se casó con María Quiñones, viuda del hijo del impresor Pedro Madrigal, que utilizaba este sello y que de la Cuesta mantuvo al pasar a regentar la imprenta (hoy Sociedad Cervantina) situada en la calle Atocha. Parece que a su vez, Madrigal reutilizó materiales como el sello del taller salmantino de Adrián Ghemart, del que eliminó las iniciales A. G. y añadió un león dormido.

Marca de impresor de Madrigal, tomada de Ghemart (U/Bc BU 06539)
Marca de impresor de Juan de la Cuesta, tomada de Madrigal (U/Bc BU 09632)

Otros impresores que utilizaron esta misma simbología fueron Jan Mommaert, Juan Soler, Juan Gracián, Juan de Rueda o Jerónimo Morillo.

Marca de impresor de Jerónimo Murillo (U/Bc BU 02239)
Lema usado a modo de colofón en el ejemplar BU 09467 «Idea principis christiano-politici centum symbolis expressa» de Saavedra Fajardo

Recuerden pues, que  «Post tenebras spero lucem» , es decir, “Siempre que llueve escampa”, dicho de otra manera “No hay mal que cien años dure” o “Amanece, que no es poco”.

Omnia mea mecum porto

17 viernes Nov 2023

Posted by Biblioteca Histórica in Marcas de Impresores

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Bías de Priene, Emblemas, Gabriel Buon, Marcas de impresor, Nicolas Buon

Grabado calcográfico, marca del impresor Nicolas Buon, 1616. U/Bc BU 3603

El estudio de las marcas tipográficas y de impresores es una fuente constante de sorpresa y novedades, que no solo sirve para determinar orígenes, procedencias, transmisión de talleres, reutilización de maquinaria, aprovechamiento de grabados, cajas de tipos, diseños o fijar dataciones. En muchos casos, cuando se combina con el estudio simbólico y con la emblemática, se descubre también un mensaje, una narrativa, no pocas veces alegórica y siempre declarativa de proyectos, intenciones o motivos.

En la marca de Gabriel y de Nicolas Buon (entre otros), libreros impresores parisinos y de su Universidad, se repite con variaciones el motivo de un hombre barbudo, vestido a la griega o romana, que huye de una ciudad en llamas. Alrededor del hombre, otros huyen. Pero lejos del plano principal y abrumados por llevar cargas y objetos.

En la banda que rodea la escena se lee: «Omnia mea mecum porto». En la parte inferior figura el monograma del librero impresor y alrededor se traza una orla con motivos vegetales, faunos y querubines.

El grabado representa la escena histórico-legendaria de la caída y evacuación de la ciudad griega de Priene. Cuando el enemigo entraba ya a saquear la ciudad. Historia que recogen entre otros, Sátiro de Calatis , Diógenes Laercio, o Cicerón en sus Paradoxos:

“Nec non saepe laudabo sapientem illum, Biantem, ut opinor, qui numeratur in septem; cuius quom patriam Prienam cepisset hostis ceterique ita fugerent, ut multa de suis rebus asportarent, cum esset admonitus a quodam, ut idem ipse faceret, ‘Ego vero’, inquit, ‘facio; nam omnia bona mea mecum porto.’ (Cícero: Paradoxo 1, 1, 8 )

ΒΙΑΣ ΠΡΗΝΕΥΣ. Mármol, Copia romana de un original griego. Villa Cassius (Tivoli), excavada 1774. Museo Pio Clementino (Wiki)

Bias de Priene, a quien se define como el más astuto entre los Siete sabios de Grecia, respondió a sus convecinos extrañados por la ausencia de equipaje en hombre de tanta riqueza. El sabio, famoso como abogado y hombre práctico, se presentó a la evacuación con su ropa de viaje e indicando que no necesitaba más.

«Omnia mea mecum porto» [todo lo mío lo llevo conmigo], expresa un ideal filosófico de rechazo a los bienes materiales. En las versiones de la marca el hombre parece llevar en su mano o proteger, justo debajo de su túnica, un rollo de pergamino, o un libro. Probablemente su obra, su pensamiento. Parecidas historias se pueden encontrar en varias versiones, tanto en el mundo grecolatino, como en el folklore de la India o incluso más hacia Oriente.

Levemente diferente o con matices, porque se sitúa en un naufragio, o después de un cataclismo, pero siempre la conclusión es la misma: todos intentan cargar con propiedades y tesoros o lamentan sus pérdidas, excepto el sabio, capaz de evaluar rápida y juiciosamente lo fundamental y por tanto capaz, mientras haya vida, de empezar una y otra vez.

Vidas y peripecias, del libro, del pensamiento, de las gentes del libro, las bibliotecas, la educación y la imprenta, en un mundo de persecuciones, censuras, exilios y guerras como continuum civilizatorio. Destrucciones de ciudades, saqueos, incendios, deportaciones, expulsiones, refugiados por cientos huyendo, con poco o lo puesto, de la masacre, de los conflictos y de la guerra.

Es difícil pensar en continuar o empezar de nuevo en escenarios de barbarie y destrucción. Nos quedamos, tantas veces, sin palabras ante la realidad. Pero en las bibliotecas sabemos que los libros son y han sido siempre un consuelo, un refugio, una esperanza.

 

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