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La expresión “serpiente de verano” se utiliza para referirse a las noticias intrascendentes que suelen poblar los medios de comunicación durante las fechas estivales. Este año la primera llegó antes que el propio verano: https://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2023-06-19/rescatan-gran-serpiente-barrio-corts-barcelona_3668133/

Pocos animales tienen tanta carga simbólica como la serpiente. Para los egipcios era sinónimo de poder, en la tradición cristiana representa el pecado pero también se relaciona con el renacer por el cambio de piel, la curación y la sabiduría.

En “Historia natural, general y particular…” el biólogo Georges Louis Leclerc, conde de Buffon, hizo un repaso en 36 volúmenes del mundo natural conocido en aquel momento. En el tomo XXII se ocupa “de las culebras” y varias de las especies están ilustradas con maravillosos grabados coloreados.

Asimismo, Joannes Jonstonus (John Jonston) en su Enciclopedia zoológica “Historiae naturalis” se ocupa de las serpientes en el tomo “De insectis libri III de serpentibus et draconibus libri I”.

El Génesis describe la serpiente como “el más astuto de todos los animales salvajes que Dios había creado” para contar a continuación cómo instigó a Eva para que comiera del árbol prohibido.

En «Mundus symbolicus«, el abad milanés Filippo Picinelli reúne las leyendas y símbolos de la tradición oral y literaria. En él encontramos este grabado del «pecado original», donde también aparece la serpiente enroscada en el árbol del conocimiento.

También en el Beato de Valcavado la serpiente aparece representada junto a Adán y Eva en el Jardín del Edén, en posición vertical hablándole a Eva al oído.

Detalle del mapamundi Ms 433 (Beato de Valcavado)

Es habitual ver serpientes en las marcas de impresores. Sirvan como ejemplo:

Marca de impresor de Jean Crespin donde aparece una mujer con cuerpo de serpiente

Marca de impresor de Michel Sonnius

Marca de impresor de Vincenzo Valgrisi

Por otra parte el ouroboros, del griego «ουροβóρος» («oura»: cola y «boros»: comer) es un símbolo que representa a una serpiente mordiéndose la cola y que han utilizado prácticamente todas las civilizaciones antiguas. Sin entrar en leyendas, su figura significa un ciclo de evolución, la constante destrucción y regeneración de la naturaleza. Cada cultura lo adaptó a su manera, pues mientras que para los vikingos representaba a un dios, para los egipcios era símbolo del caos y el orden y la renovación que surge de él. También los alquimistas lo adoptaron como representación de la naturaleza circular de sus obras.

Podemos encontrar un grabado de esa figura circular, en este caso formada por dos serpientes, en el «Vlyssis Aldronandi patricii Bononiensis Monstrorum Historia«, donde el científico y naturalista Ulisse Androvandi describe diferentes monstruos representados en xilografías.